y las cuatro paredes de donde habito
van conmigo donde sea
y marcan el límite entre lo bueno y lo malo
lo que traen los vientos
y atajan todo como el trébol alto
también de cuatro hojas.
Ellos no tienen tiempo ni lugar
solo están allí desde el principio
y estarán hasta el final
mostrándole sus dientes afilados a las alimañas de la desgracia
sin dejar huellas ni rastros de las batallas que en esa oscuridad suceden.
Los que van conmigo lo saben
se huele se percibe en el aire
el lugar en donde habito
mi piel
estos huesos pesados
la piedra y la madera
toda esa amalgama que crece dentro
solo sabe a paz...