Siempre sonreiras... que mis manos aprieten este dolor y barro, un amasijo de sentimientos yacen ahora ahí a tu lado. La tierra donde todo nace te cobija de nuevo, y jugando al juego de la vida corta, repentinamente, en un arrebato marrón, te transformas en una nimiedad en el limo paisaje, niña de las raíces...
El agua madre de la vida, te trajo hasta aquí, y ahora duermes en sueños de copas verdes y flores silvestres, las mismas flores que también secas soñaran para siempre con una niña que huela su perfume y las lleve en sus manos chiquitas... las mismas copas que ya tampoco están, no, ya no soñaran con la niña que trepe a lo alto de la fronda, y ahí estarán por siempre contigo en las raíces de la tierra, quizás soñando un mundo mejor, sin devastadoras tormentas que laven la tierra hasta dejar solo este cascote árido y piedra desnuda...
Donde estas niña?, donde tiramos a navegar ahora todos tus juguetes, para que los lleve la correntada de nuevo contigo... Las tormentas que llevan vida, ahora llevan también tu vida, y un poco la vida de cada uno de nosotros...
Cada uno de nosotros de ahora en más somos parte, barro, agua, y culpa de que estés ahí, y aquí lloveremos por siempre...
Y ahora las moralejas no sirven, los finales felices, ni las gotas redentoras sobre la cara, tampoco las plegarias a la tierra, y no servirán si los atajos que nos llevan a una mejor vida, nos cobran el precio con las monedas de tu dolor...
La tierra ahora, en ti, nos devuelve la bofetada, para que aprendamos lo que vemos e ignoramos, la tierra nos devuelve en ti, niña en las raíces un golpe mortal de barro roca y agua...
Y ahora cada uno cargara con esto, y deberá, aún mojados en medio de la tormenta, aprender a protegerte de una vez...
Porque ahora niña de las raíces tu también eres la tierra...
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