jueves, 19 de febrero de 2015

La niña de las raíces...

Siempre sonreiras... que mis manos aprieten este dolor y barro, un amasijo de sentimientos yacen ahora ahí a tu lado. La tierra donde todo nace te cobija de nuevo, y jugando al juego de la vida corta, repentinamente,  en un arrebato marrón, te transformas en una nimiedad en el limo paisaje, niña de las raíces...
El agua madre de la vida, te trajo hasta aquí, y ahora duermes en sueños de copas verdes y flores silvestres, las mismas flores que también secas soñaran para siempre con una niña que huela su perfume y las lleve en sus manos chiquitas... las mismas copas que ya tampoco están, no, ya no soñaran  con la niña que trepe a lo alto de la fronda, y ahí estarán por siempre contigo en las raíces de la tierra, quizás soñando un mundo mejor, sin devastadoras tormentas que laven la tierra hasta dejar solo este cascote árido y piedra  desnuda...
Donde estas niña?, donde tiramos a navegar ahora todos tus juguetes, para que los lleve la correntada de nuevo contigo... Las tormentas que llevan vida, ahora llevan también tu vida, y un poco la vida de cada uno de nosotros...
Cada uno de nosotros de ahora en más somos parte, barro, agua, y culpa de que estés ahí, y aquí lloveremos  por siempre...
Y ahora  las moralejas no sirven, los finales felices, ni las gotas redentoras sobre la cara, tampoco las plegarias a la tierra, y no servirán si los atajos que nos llevan a una mejor vida, nos cobran el precio con las monedas de tu dolor...
La tierra ahora, en ti, nos devuelve la bofetada, para que aprendamos lo que vemos e ignoramos, la tierra nos devuelve en ti, niña en las raíces un golpe mortal de barro roca y agua...
Y ahora cada uno cargara con esto, y deberá, aún mojados en medio de la tormenta, aprender a protegerte de una vez...

Porque ahora niña de las raíces tu también eres la tierra...

domingo, 15 de febrero de 2015

Simular...

Llueve, llovió toda la noche, y va a seguir lloviendo, este diluvio está lavando el sentimiento... y ya queda poco, con ardor nostálgico las gotas que caen, de a millones, como un enjambre cristalino, se llevan lo que queda dentro de uno...
Mi alma está empapada de congojas disonantes... y estoy mojado por dentro, el sentimiento dejó de ser impermeable a los golpes, a las caídas sin sentido, a los engaños que se delatan  en fechas importantes,  a la tristeza oscura, como esta mañana...
Llueve y azota el desapego, este sollozo del cielo, conspira con el consuelo y los malos tragos, y no va a parar hasta contagiar sus lágrimas...
En medio de este diluvio, no encuentro salvavidas, no logro salir a flote o aferrarme a algo que no duela, llueve y se llena la casa de sacrificios húmedos, por las paredes, en las ventanas, en los rincones del cielorraso...
Las gotas se inmolan, pero este salvoconducto no sana, ni florecen alegrías esta vez...
Esta lluvia no cesa ha poseído a mis lágrimas, esta lluvia y yo nos parecemos mucho hoy... y he vuelto a llorar...