lunes, 6 de enero de 2014

Un sueño sobre seis cuerdas.

Yo ni siquiera tengo este oficio, mentiria si dijera soy músico o cantor...
sólo se de un amor,
una adicción, que tengo con una guitarra,
y de música se exactamente nada...
pero...
he dormido en Mi menor,
con ese instrumento en mis manos,
tratado de tocar algo...
Reí, también llore en un acorde,
acorde...
qué es eso?
Sólo me se la palabra,
ni se como se hace,
pero se como suena
si estoy triste o alegre...
Con las palabras es otra cosa, es como...
que salen solas,
a veces pienso que entre en alguna sintonía,
que se enganchó a mi cabeza,
y cambio palabras por sentimientos y me enredo...
tal como tocar una canción en La,
después repetirla en Re
y en Sol,
y veo que sale...
Sí, me preocupa cuando entre notas y palabras
comienzo a cerrar los ojos, porque sé,
ahí comienzo a darme cuenta, que el instrumento me posee... me hace mirar para dentro...
Jamás soñé con cantar en público,
ni demostrar nada,
esto era un juego...
sólo quería tocar esa guitarra,
y termine enamorado de su sonido,
y ya no puedo estar sin esos acordes...
a veces, sólo me siento,
la agarro y somos uno es parte de mi...
y las notas menores o mayores...
A veces sentado la observó
y creo,
de veras creo,
que va a sonar sola,
sin que la toque,
interpretando algo
con lo que ella ya sabe y siente de mis estados de ánimo...

jueves, 2 de enero de 2014

De cama en cama...

Hoy amanecí al lado de una cama de hospital, a la derecha de Dios... padre...
los hospitales tienen esas cosas  qué uno no quiere qué le pasen, es el lugar menos pensado, ahí se encuentra Dios y la muerte... se cruzan de pasillo, y van de ronda, de cama en cama... anochece y amanece siempre igual a los pinchazos y en ayuna, saboreando cafeina y espadol...
Anoche vi pasar la noche como un sueño... o una pesadilla, según como se lo mire... una viejita en un momento estaba sentada en su cama y al instante se la llevó la muerte... sólo quedó un bulto tapado de pies a cabeza, como sí nada, como magia y una  ráfaga se llevó una vida. Del otro lado un monumento, un octogenario terco se sienta una y otra vez lo apoya un muchachito con tanto cariño qué se me hace debe ser un nieto... codo a codo el qué resiste y el qué aprende a resistir, y en el aire un aura de respeto qué trasluce compasión...
Qué lugares los hospitales!! donde se convive a la  fuerza, donde se come y se bebé la vergüenza, donde los guerreros bajan la guardia y se entregan sin remedio a la jeringa, el papagayo y la chata sin protocolo, ni defensa...
Minuto y pasa Dios milagro, un guiño y pasa la muerte... y adiós dolor... a veces hasta la muerte parece un milagro o un calmante potente... gritos qué ya no conmueven, insomnios...
Y de cama en cama... de coma en coma... pasa la vida en los hospitales se acaba la cuota de salud y uno no se da cuenta qué no hay dinero, qué no hay amor qué se compare con esa perdida ...