lunes, 15 de junio de 2015

GRAMÁTICA...

Pudiendo abrazar, besar, acariciar, enamorar, desear, agradar, sentir, elevar, escuchar, soñar, hablar, contener, agradecer, consentir, entregar, respetar, declarar, dar, defender, dignificar, honrar, deificar, apreciar, considerar descubrir, enlazar, iluminar, esperanzar, atraer, excitar, reverenciar, enaltecer, animar, acompañar,
AMAR...
A una MUJER...
Habiendo tantos verbos en el diccionario...
Por qué error de la gramática, por qué sinsentido, un HOMBRE, usaría el verbo MALTRATAR...

SACRAMENTO DE LA LUNA MUJER...


Una mujer que mientras sueña, deja abierta su ventana para que entre la luna,
conoce los misterios
del cielo, y de la tierra...
El sol, regala su luz, y
millones de años no le han dado basta experiencia para saberlo,
no tiene la razón suficiente, para entenderlo...
pues nunca fue luna ni mujer...
Una mujer que corre las cortinas y abre su ventana, no teme al frío de la noche, la soledad, la encuentra, la mira y se da la vuelta, la luz de la luna siempre cegó sus ojos, la alquimia de la noche, el resplandor, los deseos de estrellas truncas, se estrellan ante una mujer, que abre su ventana para que entre la luna...
Un hombre que ve a una mujer bajo la luz de la luna, la sabe salvaje, cae incauto en sus encantos...
La inevitable naturaleza,lo vuelve, como un espejismo del pasado, que lo embruja, como un código genético que trae consigo la luz del sol, sobre la luna, en los ojos de una mujer que por su ventana mira la luna...
Una ventana abierta, de una mujer, por la cual entra la luz de la luna, es una invitación a la vida misma, una trampa eterna, remota, a la que un hombre no puede rebelarse...

LUZ PENA, LUZ MALA...

Busco la energía de la noche, la calle se torna oscura a mi paso, casi no queda más luz, mis propios latidos, algunos destellos, y la incontenible sombra que me rodea de nuevo, en vuelos rasantes, no lo sabe, la percibo, cruje entre las ramas me azota en el pecho... me guía, el resplandor del oeste, las últimas luces se apagan, el aire deja de vibrar, desde acá soy nuevamente intocable, un dios... como el churqui, los bichos de la noche, y el frío, noche... te reconozco en mi... nada a que temer...
Mi cuerpo se desdibuja en la penumbra azul plomo, ya somos uno de nuevo... y si de repente, sí algo dentro de mi comenzara a brillar, algún destello surgiera de mi, supongo que sería aquello de lo que tanto hablaban los viejos, la luz de un alma que pena... 
O acaso la soledad no es como la muerte?.