Era eso, lo que decían de los domingos,
que de repente todo se detenía,
el viento,
los relojes,
las palomas,
el sonido.
Solo
vibra la melancolía
y entra en trance la memoria
buscando
en un giro inesperado
una canción
así como se deshace una pequeña nube en el cielo,
solo en silencio.