Castrar al chocolate
quitarle lo amargo y lo dulce
dejarlo estéril,
matar el sentimiento,
endorfinas sin afecto ni efecto
arrojadas sin razón al vacío.
A dónde van las noches sin chocolate?
se pierden en la incertidumbre,
se acurrucan como un desposeído,
y lloran sin consuelo alguno,
fabricando yagas o pequeñas marcas.
Coleccionistas de enojos
y cosas tristes
se refriegan las manos
cuando lo dulce pierde valía
y arrojadas como cartas de un juego
zonceras y necedades,
toman la posta y le ganan
a lo amable y el placer.
Prefiero siempre al chocolate
entero y natural
ese que no encuentra razón
y agita la sangre
que te lleva sin motivo
a las cosas felices
a amar porque si,
y no perder mas el tiempo
en enojos con sabor a nada.
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