martes, 31 de enero de 2017

FANTASÍAS DE UN FANTASMA.

   Vivo en un páramo, y aunque mi techo sea de chapa, se encarga cuando llueve, de darle un toque sofisticado y nostálgico a la siesta con su golpeteo y sus goteras.  
   También tiene el encanto en los días soleados, de transformarse en una suerte de difusor de calor, cosas simples de la física vio... Igual está tan rodeado de sombras que no sucede a menudo, sobre él un molle dulce ha ampliado sus ramas, de vez en cuando deja caer sus hojas tapando los desagües que comienzan a derramarse entre las paredes de piedra creando una especie de litoral fluvial en medio del comedor, esquivando sillas y buscando serpenteante de nuevo su cauce.
   Vivo, como vivió en medio de la selva y los animales salvajes, por ejemplo, Horacio Quiroga, (eso me imagino en mi película mental aquí solo hay mariposas y otros bichos) y como para darme ese aire importante, me he dejado crecer la barba y he comprado un sombrero como el de Walt Whitman, a veces logro confundir al espejo y a los turistas...
   He dejado sobre la mesa un perfume un reloj y los lentes negros en compose, mi pc moderna que contrasta con una Olivetti y un ventilador andando sin fin como si la  historia  estuviera aún escribiéndose a medias.
   También hay dos perros masticándolo todo...
    Un par de lámparas antiguas confunden estilos, decorativamente colgadas de las cabreadas, y un par de hornallas calientan la pava para un mate a deshorario dando una bienvenida, como invitando a, "Vení y sentate que vamos a conversar"
   He comenzado a prescindir de lujos, si esta todo limpio y ordenado es suficiente, así que les pido a las lauchas que no ensucien ni desordenen y que no pueden entrar mas de dos a la vez, si no nos estorbamos seremos felices...
   También hay telarañas, creando atrapasueños en todos los rincones, sueños y mosquitos del tamaño de avispas...
   A veces extraño mi moto y el olor a nafta inundándolo todo, esperando para salir a la ruta, no he logrado eliminar la dependencia de vehículos, y odio los colectivos en días de calor, y aunque de vez en cuando viajo, también me invento lugares ignotos en el patio, pequeños paraisos, una hamaca traída de Brasil o una reposera, unos tablones viejos de mesa con una damajuana antigua me recuerdan esas peliculas románticas en una villa del mediterraneo, en Grecia o en Méjico, senderos selváticos llenos de espinas, una playa de mentira...
   Y están los libros apilados, por qué? No lo sé, si no los leo, muy de vez en cuando en vacaciones los saco a pasear sobre los muebles, las mesas de luz, las mesas se llenan de ellos, y tierra, me pregunto por Benedetti, por Amado Nervo o Rubén Darío y los siento a conversar con Zitarrosa o Facundo Cabral, les pregunto que opinan de esto y de lo otro, del alma, del amor, las mujeres, y la vida... Nunca me contestan y solo me invitan a que siga escribiendo y lo averigüe por mi cuenta.
   Agarro la guitarra que siempre está esperando junto a un vaso de vino y otra vez me voy por ahí de pies a cabeza y otra vez sueño que soy el cantor que no soy, el de los escenarios llenos de silencios.
    Y tengo una mesita de noventa por noventa que me regaló mi viejo, parecen esas de los bares de patas altas y tapas brillantes donde cabe la vida, donde poder sentar a un personaje y sacarle toda la información a cambio de un trago de grappa o de cerveza negra, ahi hemos reído y llorado yo y mis fantasmas, ahí hemos discutido a ver quién se queda con mi alma, mis lágrimas, o mis sonrisas. Siempre he sido un buen mentiroso y he sabido ganar al truco, cantando falta envido con veintiocho.
   No lo sé... quizás algún día alguien con la suficiente percepción y sensibilidad entienda porque sigue aquí habitando estas ruinas entre los papeles mojados, mi fantasma...

  

1 comentario:

Saudy dijo...

~…una fantasía fantasmal, muy intelectual. Tiene mucho encanto lo traslucido de la historia, y los sonidos de las goteras, también lo mojado del momento y el Sol que viaja por los espacios que puede habitar… Tiene toque nostálgico, inteligente y bien guiado… Las “ruinas las carga el escrito” y el fantasma bien que luce entre los escritores mencionados.~

~_~.