sábado, 15 de abril de 2017

Resurrección, la batalla del farolito.

   Me han llamado de nuevo
los fantasmas de viernes santos,
bah, por atrevido,
por contar las cosas que percibo,
me han sacudido
me han tirado en madrugada de las patas.

   Y aún con escalofríos
he largado algunos rezos
un Padrenuestro
dos Avemarías
y por las dudas dos patadas al aire
para que crean que aún soy humano y desvarío.

Igual voy a contar como fue la historia,
con lujo de detalle
como alucinación
o como delirio
de este loco que llevo dentro
en los recuerdos de otras vidas aunque así despierte otra vez a los fantasmas
no les temí ese día
y jamas les he temido.

   Entonces lo que aquí les cuento puede ser real o un invento
de mi cabeza maltratada
pero fue así que ha sucedido
la batalla del farolito.

   El farol, lugar sagrado era donde se juntaban las almas
en la noche del mundo
cuando la luz había desaparecido
era el único resquicio que quedaba luminoso
fruto de una batalla contra todo lo malo que las almas de los hombres habían sentido,
odio,
desamor,
las guerras,
miles de actos violentos,
la admiración por la muerte cuando la muerte era
real y eterna
un dolor permanente
y punzante
y la adoración a los campos plagados de luces apagadas.

   El farolito se convirtió así en un lugar sagrado
donde acudían como mariposas nocturnas las almas
que aún mantenían su fuerza
y su luz,
y digo mariposas y digo insectos y digo farol
pero no creas que en esto que te cuento
algo pueda ser tan grande
o tan pequeño,
aquí no se mide la vida en días,
ni en astros,
las almas no saben de medidas solo había en el farol puntos cardinales
mas de cuatro
el amor a la vida,
la esperanza,
la fe,
lo sublime,
la paz,
algo parecido al estado de felicidad,
estados de euforia y calma
que solo pueden sentirse en el alma.

   El duelo entre luz y sombra fue intenso
y continúa aun hoy
dentro del corazón y la mente de los hombres
donde la luz de la razón
aún no llega,

la batalla es un conflicto que no cesa...
Estamos hechos los hombres de esa extraña mezcla
y en nuestros genes quedó
ese evento como una marca luminosa y oscura
una cicatriz eterna.

   La batalla ha sido larga
no creas que la vida en el mundo
siempre fue así
un terrón luminoso,
hemos sobrevivido a miles de batallas
pero ese día se definió quién se quedaba con el farol
hoy el sol y parte del alma,
este cascote que habitamos...

La lucha fue simple corta y única
solo un hecho definió la creación de todo lo que somos y la oscuridad
confundida vanidosa y llena de envidia
encontró en uno de los puntos cardinales con los cuales quiso quedarse
algo parecido a lo sublime del amor, un punto máximo,
la compasión,
el deseo por el bien del otro que no es mas que el deseo por el bien de uno mismo
donde se encuentra casi todo el secreto de la "humanidad"
desde ese día somos humanos en vivo conflicto
buscando la luz del farolito tropezando y cayendo
por la incertidumbre creada por la oscuridad,
temerosos de esa propia oscuridad y a la vez ávidos de luz.

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