Mi mundo es pequeño, mínimo, se puede detener todo en un segundo y armar toda la escena completa, es una escena corta, de dos o tres segundos, con pocos actores, apenas se ve un fuego que crepita, un hueso a medio roer, una pava que silva, y una luciernaga que alumbra y escapa por una salida oscura.
Es una constelación breve de eventos, algunos nacimientos, dos muertes, un amor bajo la luz de una farola que a veces es el protagonista y la única imágen visible con una cama revuelta llena de destellos y un desparramo de cuerpos que arden y a veces se apagan.
Mi mundo es simple no hay medias tintas ni escenificaciones banales, no se repiten las figuras, no imitan figurines ni son de cartón pintado, cada papel y cada guión se entrega una y solo una vez.
Si se observa de muy cerca es un universo con galaxias, o una colmena donde el sol es siempre es el centro, la luz mayor que ilumina la tierra y florece, cada uno diseñado perfectamente como el engranaje de una maquinaria donde se programan los movimientos que el destino pergeña como propios, un engaño.
Bienvenido a un micromundo, mi micromundo, no te detengas si eres un caminante pasajero, alguien que se busca a si mismo y aún no se encuentra no creo que necesite o descubra algo nuevo aquí.
A los 6 años este perro siente necesidad de ladrar,sin morder,siempre hice las dos cosas,sobre todo en noches de luna llena... ladrar a las sombras ,a los gatos y a los extraños ;de una vez por todas debo empezar a ladrar con sentido,como lo haría un perro con experiencia,un perro que en ocasiones aulla y no ladra,que le llora a la luna,y que en otras solo mueve la cola con una sonrisa de oreja a oreja, jadeando y con la lenga afuera.
viernes, 19 de mayo de 2017
Micromundo personal
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