sábado, 24 de junio de 2017

Euclidiano III (la suma de los egos)

No necesito llevar las cuentas,
o saber las cifras exactas,
en las oficinas de mi ego
tengo un archivo con nombre y apellido de mujer,
cada uno clasificado y ordenado,
consta del número, modo, o forma de hacer el amor.

Tengo un ábaco colorido con cuentas de formas geométricas variadas,
algunas estrellas demasiado brillantes,
rosetas con vértices y ángulos filosos,
esferas, tacones, fichas rojas,
cuento... Siempre da uno, un uno par, se mueve la cuenta,
una sola con forma de corazón...

Este corazón es una ficha de madera...
No resiste fuegos de mas de cien grados,
no requiere de incandescencia,
su color y aroma natural no responde a gamas cromáticas.
Y va y viene en un conteo sentimental cien veces por minuto.

El amor es una estructura topológica,
donde no caben egos desmedidos,
requiere de sumas nunca restas,
cuentas claras, números positivos,
el amor es un círculo perfecto donde uno mas uno siempre es dos...

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