La culpa fue y será de los astros,
también de los calendarios,
y los signos zodiacales,
los chinos y toda su sabiduría ancestral debieron preveerlo,
dar garantías o al menos anticiparlo...
Esto con eso, aquello y lo otro, lo que sucede con las combinaciones aleatorias que resultan erróneas,
la alquimia astral del tiempo, agua, tierra, metal o fuego.
Y al viejo cuento todos lo conocemos,
así se dominó la electricidad,
se inventó la pólvora,
y hasta algunos venenos, muertos de puras ansias,
la medida equivocada,
o no encontrar el punto exacto,
ensayo, prueba, error.
Mala combinación...
No eligió el día de su nacimiento,
ella estaba hecha de esquirlas metal, aire y fuego,
sumado la rabia de un perro con ascendente en carnero,
solo bastó una tibia caricia,
y la chispa adecuada de un beso.
Él murió...
ella le estalló en su cara.
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