Disfrazada de amor,
disfrazada de verdad,
disfrazada de bondad,
disfrazada de esperanza...
Ahí va...
Tu perversión.
Lleva puesta un traje justo a la medida,
de los gestos de tu cara,
de las señas de tus manos,
de las poses de tu cuerpo.
Disfrazada y simulando sentimientos,
camina entre sus futuras víctimas,
sembrando triunfos llenando cementerios.
Quítate el difraz... ya no te cabe dentro el ego,
tarde o temprano se caen las máscaras,
tus evidentes risas, tus sarcasmos y tus juegos.
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