Trescientos sesenta y cinco
días al año
mientras saco la cuenta
sigo sumando
y cuento
los deseos de tu espalda
las oscuras lunas de tu pecho
pecado a pecado voy descendiendo
desde el lóbulo sonrojado
de tu oreja
como si fueran
cincuenta mil millones de estrellas
te doy vueltas
como un satélite
como si fueras venus
y aterrizo
entre tus piernas.
Te consumo
me consumes por minuto
quinientas
seiscientas
setecientas
y persiste aún el frío
y aún queda
como media primavera
pero no pierdo la cuenta
es simple
un beso vale treinta
diez seran trescientas
veinte mas
si te beso el cuello
y esto se me complica
si no sé cuanto vale
un centro en la ingle
o un mordisco en la axila
si te mueves
si me muevo.
transpira todo mi cuerpo.
Mi ritmo cardíaco
seguro a mas de ciento setenta
te tomo
en lo que te queda de cintura
voy rodeando tu figura
sesenta y siete
sesenta y ocho
me rindo
en sesenta y nueve
y vuelvo a contar
setecientas
exhausto porque no me dan las cuentas
Trescientos sesenta y cinco dias al año
dos veces por semana
un día mas o menos
según como se lo mire
si es un año bisiesto.
Solo de pensar
te miro en eses en equis
en dos en cuatro
como desafían la gravedad
tus pechos
o cuanto resiste
la bisagra de tus piernas
y allí van cuatrocientas
golpeando nuestras caderas
como la campana de una pelea
o el disparo de largada
de una frenética carrera
cuento o debería
calcular mejor
no bajo de peso en un año
dos veces por semana
no sirven los Kamasutras
si uno cuenta calorías.
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