Una charata,
un perro,
y un zorzal,
desmenuzan lo que queda de mis sueños,
se los arrebatan
como si fueran los restos de algo vivo,
en medio de ese encuentro
han comenzado a brillar
quizás
sea este sol que perfila desde el este
quizás ya han comido demasiado.
A los 6 años este perro siente necesidad de ladrar,sin morder,siempre hice las dos cosas,sobre todo en noches de luna llena... ladrar a las sombras ,a los gatos y a los extraños ;de una vez por todas debo empezar a ladrar con sentido,como lo haría un perro con experiencia,un perro que en ocasiones aulla y no ladra,que le llora a la luna,y que en otras solo mueve la cola con una sonrisa de oreja a oreja, jadeando y con la lenga afuera.
miércoles, 18 de octubre de 2017
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