La tomó de sus cabellos
acarició ese manojo de espinas
suave
como una roseta nueva
de primavera
el amor, el verdadero,
fue fácil de descubrir
miró alrededor
en ese mismo instante,
no fue ayer ni será mañana
ella ahora estaba allí
sin dudas
con la plena certeza
de que las espinas
serían filosas.
Tocó suavemente
la palma de sus manos
acarició todo su cuerpo
onírico momento
nadie siente temor durante un sueño
y empezó a quemarse
mas crecían sus llagas
mas fuerte la tomaba
Inflamados
hasta el hueso
al final sintió su ardor.
Todo placer
lleva consigo
hueso y espina
eso
que ambos se habian negado
ella por obstusa
él por cuadrado
coincidieron al fin
en las puntas de sus ángulos
rompieron sus bordes
eligieron llevar culpa
y herida
sus almas se encontraron.
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