De repente me encontré al viejo lobo de frente,
salía distraído de la casa con el pan en la mano
y ambos quedamos paralizados
en el estanque
no era miedo si no sorpresa en mis ojos
él había calculado mis pasos y no huyó,
me esperaba,
atiné a arrojarle el pan que cayó entre sus patas
pero no era comida lo que buscaba,
ambos bebemos del mismo estanque.
A los 6 años este perro siente necesidad de ladrar,sin morder,siempre hice las dos cosas,sobre todo en noches de luna llena... ladrar a las sombras ,a los gatos y a los extraños ;de una vez por todas debo empezar a ladrar con sentido,como lo haría un perro con experiencia,un perro que en ocasiones aulla y no ladra,que le llora a la luna,y que en otras solo mueve la cola con una sonrisa de oreja a oreja, jadeando y con la lenga afuera.
jueves, 11 de enero de 2018
La espera (Sueños con lobos V)
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