Escribir el dolor
y desteñir las letras
hasta que desaparezcan
un rito
una mezcla
de silencio y grito.
Buscar cada palabra
cargarla de alma
y desalmarla
sacarle el sentimiento
para que ya no sienta
desangrarla.
Encerrar el miedo
la angustia
la tristeza
quitarle el lazo a cada pena
vendarle los ojos
y de un disparo
dejar que muera.
Difíciles son
las palabras de despedida
sin abrazo
sin mirada
sin sonrisa
este poema es mi última caricia.
La que te guardaste
la que no diste ni daré
lo que parió el miedo
las inseguridades
la desidia
sin quererlo
otra tonta osadía.
El juego del amor
que tontería
una ruleta rusa
que apunta a la cabeza
y le pega al corazón
partiendo al final
las almas
final de un encuentro
que el destino no quiso
ni planeó.
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