Comía trozos del infierno que lo rodeaba
y todo el mundo asistía a ver el espectáculo
luego cagaba flores
en un rito que día a día ganaba adeptos
al punto tal que lo adoptaron como su propio y único Dios.
Comían sus heces convencidos de que los libraría del pecado
del que su angurriento don los había salvado
ellos repetían sus faltas en sacrificio
para alimentar a su Dios que agradecido
creaba prados enteros con flores de colores.
Y el mundo se convirtió en el paraíso prometido
comió guerras pobreza injusticias y muerte
consumió todo lo malo solo a cambio de adoración
su cruz era un trébol de cuatro hojas
su Biblia un grueso libro de botánica.
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