Si de repente el ahora se convirtió
en el fruto de un deseo que parecía imposible
eso que veíamos como un niño
con la nariz pegada detrás del cristal.
Y lo tocas y es tangible
y la escena parece la de un cuento
imaginado en cada intento
cada noche
cada día
cada deseo
real como el perfume de los naranjos
que florecen hoy donde caminas.
Y el contacto de las manos y los besos
que soñamos en los sueños
de pronto se convirtieron
en esto que tenemos
tan concreto tan vívido como la luna en el cielo que nos alumbra
justo en este momento.
Y le doy gracias a ese cielo
y a ya no poder esperar
por hacer realidad el deseo
que me llevó a un buen presente nuevo
un golpe planeado de suerte
una jugada imposible al destino
un truco audaz a los sueños
una curva obligada en nuestro camino.
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