la tarde entrega su último color
pegando el sol de costado envuelve todo en su luz interior
desde lo alto el condor (ellos se entienden) con su mirada le dice adiós.
Debajo el cielo abraza a su modo
tapiz de calma que borra el dolor
telón de fondo (que voy cruzando de a pie)
metáfora del alma y de otras vidas
en medio hasta la roca deja crecer la flor.
La libertad no necesita pasaporte en éste paisaje
si lo dejas ser (si lo dejas entrar) te hará parte del todo
ya nunca te sentirás solo y la soledad tendrá gusto a miel.
En medio de dos valles crece un cauce
bendición eterna madre del lodo
que arrastra la vida haciéndola florecer
(arriba o debajo estás tú) en la cima o el llano también creces...
solo otro milagro.
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