De la tristeza esa inquilina melancolica, te voy a contar algunas cosas... de vez en vez nos viene a samarrear a sacudir está parodia feliz...
Sin más armas qué una pena, la aflicción, el desconsuelo... te quiebran primero y te bajan al vuelo... te revientan el pecho y te saca la alegría de raíz...
A veces es una trivialidad y otras un arma certera precisa fina, y ni el peor asesino logra tronchar su camino...
Infortunados quienes la beben muertos quienes nunca la han bebido...
Escudriña en tus entrañas, te va sacando las ganas, criatura cruel trae en sus siete dedos tus llagas, lo perdido, amores rotos, todos tus muertos, el frío de esa noche, un nombre lejano, cicatrices mal curadas...
Pero... la tristeza no sabe algo, no sabe de acordes... solo a veces sé apega a ellos como un ser qué chupa la vida de otros... no sabe de un Sol, de un La mayor, no tiene el más mínimo remedio ante seis cuerdas... jamás sintió una caricia verdadera, real, de las buenas... pero... el mayor secreto el qué todo asesino de tristezas sabe infalible, es qué no sobrevive a las lágrimas... solo hay qué saber llorar...
A los 6 años este perro siente necesidad de ladrar,sin morder,siempre hice las dos cosas,sobre todo en noches de luna llena... ladrar a las sombras ,a los gatos y a los extraños ;de una vez por todas debo empezar a ladrar con sentido,como lo haría un perro con experiencia,un perro que en ocasiones aulla y no ladra,que le llora a la luna,y que en otras solo mueve la cola con una sonrisa de oreja a oreja, jadeando y con la lenga afuera.
jueves, 6 de febrero de 2014
Instructivo para matar unaTristeza
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