Cenizas, sombras, son los restos de las cosas, lo que queda.
Resacas, momias, prefiero la borra de un café o un vino.
O la hojarasca y flores secas que olvidó el otoño en el monte.
Restos de vida polvo de greda
lo que dejó un río seco o la marea.
El olvido las ansias el frío de la sudestada.
La sal de las lágrimas las arrugas en tu cara, el gris eterno de las canas.
Lo que el viento no se llevó sabiduría de la vida que se pasa.
Todos y cada uno de los restos, terminan siendo a veces, nudos en la garganta...
A los 6 años este perro siente necesidad de ladrar,sin morder,siempre hice las dos cosas,sobre todo en noches de luna llena... ladrar a las sombras ,a los gatos y a los extraños ;de una vez por todas debo empezar a ladrar con sentido,como lo haría un perro con experiencia,un perro que en ocasiones aulla y no ladra,que le llora a la luna,y que en otras solo mueve la cola con una sonrisa de oreja a oreja, jadeando y con la lenga afuera.
martes, 27 de septiembre de 2016
LO QUE EL VIENTO NO SE LLEVÓ...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario