No, no fueron los relucientes gomeros de General Paz que destellan brillo, ni los naranjos perfumados adornados con su fruta del Barrio Aeronáutico, tapoco los sauces gigantes y siempreverdes de Barrio Parque, menos los pinos pegajosos de Avenida Fuerza Aerea...
Respones, caídas, cielos infinitos, trepando la vida, mirando el futuro desde lo mas alto, flor y fruto verde esperanza con olor a talco...
Si, fueron esos paraísos los que acompañaron mi infancia...
Esos que hoy han vuelto a florecer...
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