Él no se cansaba de perseguir a los demás, se amuraba a los otros, se apegaba a sus espaldas y a sus sombras, copiaba sus gestos, era intimidante y su sonrisa burlona. Había adquirido la fiereza en la mirada, todos sabíamos que no debíamos hacerlo enojar...
Era incansable en su búsqueda, un rufian de rutinaria obsesión
Él trataba de romperle el alma a todos...
Quizás pensaba que algún día encontraría sus propios pedazos entre los otros de los demás, los pedazos que meticulosamente le habían quitado y roto uno a uno también a él...
A los 6 años este perro siente necesidad de ladrar,sin morder,siempre hice las dos cosas,sobre todo en noches de luna llena... ladrar a las sombras ,a los gatos y a los extraños ;de una vez por todas debo empezar a ladrar con sentido,como lo haría un perro con experiencia,un perro que en ocasiones aulla y no ladra,que le llora a la luna,y que en otras solo mueve la cola con una sonrisa de oreja a oreja, jadeando y con la lenga afuera.
jueves, 3 de noviembre de 2016
ROMPE ALMAS
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