Vengo desde la sierra verde y el monte frondoso, mis ojos no reconocen la lejania, jamás mis sentidos reciben estos golpes de agua y sal que tensan la piel y curten el cuero al sol...
El horizonte acá se hace un degrade azul, celeste, turquesa, verde, rojo algas...
Un golpe, un asalto a los sentidos, eso es este lugar lejano, el mar al ritmo de la luna hamaca los barcos y los duerme y los lleva... la playa aparece y desaparece siguiendo vaya a saber que ciclos, pero, quienes la habitan la siguen caminando, sumergidos en sus signos, a veces calmos a veces furiosos...
Moluscos, peces, cascaras de cuerpos viejos, eternos, viven aman y mueren acá una vida de sal y otra de arena, marcan las horas los estruendos de las olas, son el único tic tac por aquí...
Y así, lo que hoy hay aqui y ahora detenido, sobre esta alfombra gris molida por el tiempo en millones y millones de años, como yo, estará hoy, pero no podra estar mañana... porque el mar todo lo lava, todo lo lleva, todo lo limpia, o sos de él o no sos de nadie...
Y yo soy de sierra y monte...
A los 6 años este perro siente necesidad de ladrar,sin morder,siempre hice las dos cosas,sobre todo en noches de luna llena... ladrar a las sombras ,a los gatos y a los extraños ;de una vez por todas debo empezar a ladrar con sentido,como lo haría un perro con experiencia,un perro que en ocasiones aulla y no ladra,que le llora a la luna,y que en otras solo mueve la cola con una sonrisa de oreja a oreja, jadeando y con la lenga afuera.
miércoles, 25 de enero de 2017
Mar y monte en los genes...
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