viernes, 10 de febrero de 2017

DE BAJO LA TIERRA.

No me creo aunque mi cáscara reluzca,
el mas brillante de los bichos
que habitan  bajotierra en este monte,
pero sé, que hay algo cierto en las entrañas
de las cosas que vuelven al misterio de la vida,
me lo contaron los restos blancos de los huesos secos de algún muerto.

Llevo dentro de mí, de este cuerpo duro y marrón de caóba,
la premonición protectora de los sabios,
en un cofre sin lugar y con memoria,
como escudo de quitina hecho recuerdos,
avanzo lento como las momias
restos de las horas en el tiempo.

Traigo mi voz marrón de limo y frondas ancestrales,
lo que arrastran las almas que no lograron habitar los cielos,
pregoneros de ánimas,
morada de suerte protección y vidas ya pasadas,
camino oculto de los ancestros.

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