lunes, 20 de marzo de 2017

Ahogar a la bestia

Ahogar a la bestia en alcohol,
en el vapor etílico de un bar,
o en las veredas sucias del mercado,
vaciando botellitas verdes
del cristal sagrado...

Sangrando...

Ahogarla con las manos,
manos llenas de astillas
de aquellos viejos pecados,
rumbo a la noche preludio frío
pidiendo alguna moneda
que lo regrese al paraíso
por las escaleras de la capilla...

De rodillas...

Dejarla morir, tirar de a una por el balcón,
cada una de las penas
que me han dejado llorando,
como deshojando margaritas negras,
con los pétalos con sus nombres marcados...

Pecando...

Ahogar la bestia y no en vano,
cortándole con el filo de un vidrio las venas,
llenas de tinto rojo barato,
le entrego una trampa en mi alma
un cóctel de filosas soledades.

Sangrando... la desangro...

No hay comentarios: