Soy un poeta y solo he muerto, para poder contar una verdad,
la de la muerte,
hoy a las cinco y cincuenta y ocho,
me he dejado morir...
No elegí día y hora al azar,
se han sucedido ya
cincuenta y ocho otoños,
en esta oscura mañana,
hoy a las cinco y cincuenta y ocho,
a mas de medio siglo estoy listo a partir...
En este último viaje, dejaré mis recuerdos,
un lápiz un borrón que habla de la vida y la hoja de un cuaderno,
y esta impronta de fantasma,
que llevó años ensayar...
Y la verdad es que no le temo,
conozco de cerca a la muerte,
seguro ella se alegrará de verme,
en las fauces de esta selva,
nos hemos cruzado mil veces...
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