martes, 16 de mayo de 2017

Hijo del árbol

No tengo fotos con él en sus brazos, pero si mi olfato lleno de madera impregnado en sudor, como si aún lo estuviera, y una cancioncita que dice "garda chinato garda"
No tengo un solo Dios, pero si muchos, me dejó el sol, la tierra, el vino negro, y un inquieto amor a la vida, y el secreto de como ser felíz.
No tengo el recuerdo de sus carcajadas, la vida se encargó de robarle la risa exagerada, padre, madre, las vacas que mató un rayo y todos los extremos del sentimiento, pero me dejo su parsimonia y una capacidad increíble de llorar como algo realmente necesario, y sin saber como serlo fue padre.
No tengo escudo, oro, o arma, pero si la prestancia de un caballero, el orgullo del que hace las cosas bien y el título de nobleza que solo da el ejemplo sin doble faz, sin vueltas, espontáneo y verdadero.
No me dejó cruz si no las herramientas del carpintero.
Porque no tuve un padre tuve un árbol, tuve un tremendo árbol que me enseño a ser semilla primero, y bosque después.
Hoy tengo su alma dentro...

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