jueves, 22 de junio de 2017

Atar al Sol

Y si bien el lenguaje, la palabra,
me la dio, la entregó ella en los primeros esbozos de vida,
en un acto blanco casi animal,
al que asistí cada mamento con la saciedad de un mamífero,
fue él quien me hizo acto verbal acción, movimiento, causa y efecto de la carne.

La luna y el sol me engendran así a cada segundo de nuevo,
y, en un acto luminoso me vuelven a parir cada solsticio.
Dar a luz entonces no solo deja de ser la escenita que alumbra la metáfora,
si no el verdadero parto carnal y humano en que nacemos cada ciclo "nuevos" seres vivos.

Hoy, en esta lejanía invernal ya de mi padre,
lo amarro a mis actos, en cada gesto, en cada movimiento,
como un ritual astral que lo vuelve a acercar a mi,
con ese fuego que abrasa y abraza.
En este ritual nace de nuevo la palabra donada,
que ni siquiera es mía a veces si no el reflejo verbo de la luna.

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