lunes, 31 de julio de 2017

Colectivo imaginario

He colocado un límite invisible,
entre su asiento y el mío,
y dejo que la represión de los instintos se baje en la próxima parada,
el primero que roce al otro sera el culpable de este pecado,
y ella ya ha abierto sus piernas...

Tira señales como la sonda espacial a Venus,
señales que avisan al resto de los mortales terrestres, pasajeros incautos,
moradores del transporte público,
que dentro suyo existe vida...
Como en un planeta rojo.

Y se acaricia el pelo, se muerde los labios,
apunta con sus piernas en cruz en la dirección correcta
y señala a su próxima víctima,
las hormonas ya dejan rastro, aún así no muevo mi pierna entumecida de la linea imaginaria.

Se acaricia la entrepierna como un gesto inconsciente automático,
leo sus gestos uno a uno...
Se duerme con una hebra de rizos entre los dedos,
se apoya en mi hombro,
y acaricia mi pierna con el meñique.

El bus da un salto en un bache
y golpea la escena sin piedad,
cae su bolso y se desarman todos  los cosméticos en el piso,
yo recojo sus cosas,
Se despierta y yo con las manos embadurnadas en crema...
Ella me mira con una risita sarcástica.

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