jueves, 10 de agosto de 2017

El que espera

Gente que espera, en los pasillos oxidados de la vida,
que llueva,
que se lleven sus partes,
que traigan las flores,
que llegue el amor, o el odio...
pero que algo suceda,
y sólo sucede lo que sucede
en una estación vacía.

Gente que espera su turno
que caiga su número,
con la impronta de un fantasma
detrás del largo mostrador
con el número equivocado de la suerte en la mano
y un corazón en la otra,
a veces un arma, o una flor.

A veces diez, veinte se amontonan como hojas de otoño, casi secas,
que pase el que sigue...
Dígame, qué espera?
La ruleta de colores de la vida
se acciona,
y como un arcoíris le concederá sus deseos...
Haga que gire...

Hay gente que no tiene manos,
hay personas que las tienen atadas,
otros que han tomado la flor del lado de las espinas, y no sueltan,
y los que la bala les queda chica para sus malogrados agujeros.

Hay un pasillo azul lleno de nubes de esperanza y cascadas de agua bendita,
para que la gente que espera y no se atreve a pedir o arrojar los dados,
se lave las manos y diga...
por mi culpa, por mi culpa...
y vuelva a empezar.

A veces diez, veinte se amontonan como hojas de otoño, casi secas,
que pase el que sigue...
Dígame, qué espera?
La ruleta de colores de la vida
se acciona,
y como un arcoíris le concederá sus deseos...
Haga que gire...






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