jueves, 10 de agosto de 2017

Nebulosa

Y ahora, que llegué a la cima de tu cuerpo,
desde el lado este, al otro oeste,
sobre el filo de tu cordón cuchilla montañosa,
he descubierto que la lluvia,
en la punta de tus cerros,
no siempre cae igual para ambos lados...

A veces, cae como nube neblina, despacio, lenta y orgásmica,
y otras, cascada incipiente, voraz como la vida...
Y me trae recuerdos viejos
como cuando caminaba la vida, inconsciente de la lluvia,
seco como un desierto árido,
sin preocupaciones, sin sentir.

Como cuando la portera me gritaba desde la puerta de la escuela, dale corre!! Que te mojas!!
Jamás lo entendería, a esto de pararse dentro de una nube cuerpo desnudo, al filo de tu
montaña... Un abismo.

También he perdido el aliento en mi adolescencia, persiguiendo la cima y la nube, cambiando aire y jadeo,
por paisajes imposibles,
donde está esa nube ahora?
Ya no tengo que salir a buscarla, ella vienen a mi encuentro... Una tormenta.

Como ayer, me mojan el rostro y en una nebulización de nostálgica sensualidad, imágenes con sabor a tiempo pasado,
que llueva!! Que llueva!! Caperucita esta en la cueva!! Los pajaritos... volados...

Acá desde la cima puedo contar las gotas,
como quién reparte y da de nuevo,
veo venir la tormenta también cuando ya se va,
y se lleva mis plegarias húmedas.

Al final a esta altura de la vida, a estas alturas,
la lluvia me posee y yo a ella,
la puedo leer, la puedo escuchar, la recibo y me abraza,
un viejo reencuentro,
la he visto muchas veces,
de mil maneras, pero ahora, llovemos juntos...

No hay comentarios: