sábado, 12 de agosto de 2017

Homilía del pescador

Vivir al filo de las cosas
bordeando voy
al pesado hastío,
en el débil límite
que separa
infierno
del inalcanzable paraíso.

Me siento tan seguro
como la barca
que mece al mar,
inventando olas a mi antojo,
ante una orilla azul del precipicio.

Soy el borde...
Aquello que separa
la vida
de la inescrupulosa muerte,
luz
de sombra,
pasado y eternidad
de lo que acontece aquí
mismo,
el ahora.

Soy ese minuto de paz
el instante exacto,
un umbral
donde descansar tus piernas,
y apoyar tus brazos,
donde realmente podemos
tomarnos del alma
y de las manos.

Soy la pluma
Que te hará caer
de un suave
y certero golpe
donde estan tus sueños,
del otro lado del precipicio.

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