viernes, 22 de diciembre de 2017

Licántropo (Sueños con lobos IV)

Duele mi cuerpo
como si hubiese corrido
miles de kilómetros
el hombre que soy
por las noches
en los sueños
no obedece a mis instintos
o quizás si
también sea ese.

Una resaca inmaterial
mortal
onírica
da cuentas
de mis brazos y mis piernas
y apenas me sostienen
parado
mirando la nada
al pié
de esta cama revoltosa
que aún se sacude.

Duele
también mi espalda
y nace de un dolor
desde la cintura entumecida
me sangran las encías
denunciando
en bruxismo arenoso
a las quijadas.

Han amanecido
apretadas en la almohada
las mandíbulas
he soñado
mis viejos recuerdos
que dejan rastros
en cada parte de mí
memoria del cuerpo que le dicen.

El hombre que soy
frente al espejo
no reconoce éste dolor
ésta sangre entre mis dientes
que tampoco es mía
y aunque mis manos jamás fueron suaves
ella, la desconocida muerta entre mis sábanas
asegura que entre caricias
anoche le hice el amor.

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