martes, 17 de abril de 2018

Estar lloviendo

Llorar a ríos hasta que todo alrededor se moje
y encoja...
llorar con la piel hecha un erizo
clavando en cada púa
a la muerte por la espalda,
a la noche desolada
en que te fuiste y se fueron,
a la luna que no llena porque no lloras demasiado.

Llorar de manera necesariamente urgente
con el rostro hecho vertiente
y que se inunde alrededor
la mirada la sonrisa
las malas muecas
las tristezas que no paran de llegar.

Llorar a flor de piel
hasta que se ablanden las puas
y broten como el agua
a mares
llorar abundantemente
hasta ahogar cada pena
y germinen las semillas
y florezcan alegrias.

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