el deseo de estar ahí era más fuerte que toda razón
le dije, venís?
y aceptó sin dudar.
El lugar era como sacado de un sueño
un estreno a los sentidos
dondequiera que mirara
algo nuevo, nunca imaginado siquiera, aparecía.
Vamos por un sendero con el cuerpo mechado de energía
la luz que atraviesa la frondosa copa de los árboles
se vuelve tangible sólida y también nos atraviesa.
Nos volvimos verdes azules amarillos
somos lo que vemos...
este lugar que exploramos
está en nuestras entrañas y juega ahora
en el espiral del alma.
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