Nadie se mete con la soledad
de un perro que va extraviado por la ruta.
Es como la Urpila que vuela en la tormenta.
O la nube que descarga su llanto triste en la colina.
Puede la calma volverse fiera dentellada.
Rayo trueno o refusilo
Sombra que en la noche negra espanta al río.
Nadie reclama a la luna por su brillo
Por la luz que la embellece y es prestada
Si al final también destellan las monedas
Que al fin y al cabo tampoco valen nada.
Puede la calma volverse fiera dentellada.
Rayo trueno o refusilo
Sombra que en la noche negra espanta al río.
Nadie escarba en los ocasos nuevos sueños
Pues la tarde sola pinta al cielo
Como Dios vamos los hombres en vano juego
Creyéndonos autores de paraisos o infiernos...
Puede la calma volverse fiera dentellada.
Rayo trueno o refusilo
Sombra que en la noche negra espanta al río.
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