En una fugaz carrera alocada
la luna me persigue en su vuelo
Intento de que no me alcance
mareas en la sangre y el pulso
vuelven luz blanca mis sueños.
Se atropellan rojos los latidos
por llegar a algún signo cuerdo
en rota noche de luz delirante
longeva arremete danzando
un alocado baile por el cielo.
Yo no quiero que me alcance
el astro que me revela poseso
altera eternamente mi sangre
domina mi alma y mi cuerpo.
Esgrime un puñado exiguo
de redondos y torpes deseos
de estos los pobres habitantes
fósiles de oscuros senderos
que esconde un viejo tiempo.
Qué traerá esta noche la luna
siento que me va persiguiendo
saltando por cerros y montes
lava e ilumina los rumbos
del alma de un rabioso perro.
Yo no quiero que me alcance
el astro que me revela poseso
altera eternamente mi sangre
domina mi alma y mi cuerpo.
(la luna es ya parte del alma del hombre, trae recuerdos antiguos, a las almas viejas)
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