viernes, 7 de abril de 2017

Efectos secundarios.

   Alguien ha soltado unos espíritus esta noche, en la casa de mis padres.
   Traen un poco de locura los he visto surgir desde un delirio, o quizás es solo un sueño nocturno de un viejo.
   Salían por su boca y sus ojos de a montones en un cortejo inmenso,
algunos, dos, han sido escupidos por un libro de sobre  la mesa de luz y se han enroscado en las patas de mi cama, y la hacen bailar.
   Vibra esta habitación y un cuadro descolado ha caído al suelo y su océano se ha derramado, y a su arena la mastico entre mis dientes y han crecido palmeras debajo de una silla.
   Refractan su luz de colores, y en este momento la habitación en rojo ha despertado a una tijera que intenta cortar los hilos del crochet que teje mi madre desesperadamente busca un hilo de vida... O sus madejas...
   Resuena en mi cabeza cada palabra exacta y se descompone en imágenes, una por una como un martillo que da justo en el clavo, el espíritu de cada cosa esta suelto e intenta meterse dentro mío por mis oídos.
   Algo se ha escapado esta noche desde las pastillas, los frascos llenos de jarabes para la tos y las jeringas filosas, y se apegan a los ronquidos y espasmos pulmonares.
   Alguien ha soltado sus monstruos en una alucinación...

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